Las palabras del Papa
Juan Pablo II: Audiencia al Foro Internacional de AC
Os saludo en primer lugar a vosotros, queridos hermanos y hermanas del Foro Internacional de Acción Católica, reunidos estos días en asamblea aquí en Roma. Saludo a los obispos presentes y a los presidentes nacionales reunidos para la Asamblea. Un pensamiento especial para monseñor Agostino Superbo, a quien agradezco las amables palabras que me ha dirigido hace un momento, haciéndose intérprete de los sentimientos de los demás participantes.
Vuestra presencia hoy quiere ser un signo de fidelidad renovada a la Iglesia y un compromiso de emprender con cada vez mayor entusiasmo el camino de la nueva evangelización. La Acción Católica, como cualquier otro grupo, asociación y movimiento eclesial, está llamada a ser una auténtica escuela de perfección cristiana. Es decir, está llamado a ser ese “laboratorio de la fe” que, como dije a los jóvenes participantes en la inolvidable Vigilia de oración en Tor Vergata, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, contribuya a formar verdaderos discípulos y apóstoles de la Caballero. Continúen, queridos, profundizando su búsqueda de Dios.
Tened siempre la mente abierta a las grandes expectativas y desafíos apostólicos de nuestro tiempo. Crecer en un auténtico espíritu eclesial, nutrido por el estudio de los Documentos conciliares, cuya enseñanza es todavía muy actual. Sed fieles a las líneas operativas que he trazado en la exhortación apostólica postsinodal Christifideles Laici. De este modo seréis cada vez más un bien para toda la Iglesia en el camino hacia el tercer milenio cristiano. Volviendo a las fuentes del Concilio Ecuménico Vaticano II, podréis captar más claramente las características bien conocidas de vuestra Asociación, en particular la eclesialidad, la secularidad y la organicidad, en constante colaboración con vuestros respectivos pastores. Estos son los rasgos esenciales que definen el rostro de la Acción Católica, aunque con diferentes siglas y denominaciones, en tantas partes del mundo.
Si a veces el ritmo de las Comunidades en las que trabajáis os parece lento o agotador, no os desaniméis, sino redoblad vuestro amor y vuestro esfuerzo para hacer cada vez más espléndida la imagen de la Iglesia con vuestra santidad de vida y vuestro celo apostólico. . En esta misión de humildes servidores de la unidad del Pueblo de Dios, estad constantemente inspirados en los ejemplos y enseñanzas de los santos y beatos que se han formado en el ámbito de vuestra Asociación: pienso en particular en los mártires mexicanos, beatos Pier Giorgio Frassati, Gianna Beretta Molla, Pierina Morosini, Antonia Mesina y Sor Gabriella de la Unidad.
Que María, Virgen Inmaculada, a quien honráis especialmente en invocar como Madre y Reina de la Acción Católica, os acompañe y proteja.
4 de diciembre de 2000 – Aula Pablo VI
III ASAMBLEA ORDINARIA, Roma, 2-6 de diciembre de 2000
Acción Católica: fieles laicos que viven la novedad del Evangelio y son signo de comunión
LA PERMANENTE RELEVANCIA DE UN DON DEL ESPÍRITU
(nuestra traducción)