con la contribución de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL)
El futuro de la humanidad está en manos de quienes son lo suficientemente fuertes como para dar a las generaciones futuras razones para vivir y esperar (GS 31)
En esto es glorificado mi Padre: en que deis mucho fruto y seáis así mis discípulos. (Jn 15, 8)